Porque todos vamos a enfrentarlo…
La recuperación y la curación no siempre son posibles y para cada persona llegará un momento en el que ya no se podrá evitar la muerte o los tratamientos superarán los beneficios para esa paciente. Reconocer esto y proporcionar atención médica y de enfermería de alta calidad centrada en la comodidad y el apoyo, permite a la persona que muere evitar angustias físicas, psicológicas y espirituales innecesarias y podrán pasar tiempo de calidad con sus seres queridos en el lugar que elijan.
La toma de decisiones al final de la vida debe ser dirigida por médicos de alto nivel y todo el equipo debe comprometerse con estas prioridades. La comunicación clara dentro del equipo es primordial. Aunque al final de la vida algunos profesionales estarán mucho más involucrados en el cuidado de estos pacientes que otros.
Una organización llamada Leadership Alliance for the Care of Dying People (LACDP, 2014) publicó una guía llamada 'Una oportunidad para hacerlo bien’, hoy vigente. Este documento establece el enfoque para la atención a pacientes en agonía y recomienda la implementación de cinco prioridades para el cuidado de una persona terminal.