La evolución del cancer puede interferir con la evolución del dolor, por lo cuál el tratamiento analgésico deberá ser valorado periódicamente, con el objetivo de modificar los medicamentos o tratamiento de dolor de acuerdo al curso de la enfermedad. También se recomienda tener un diario de dolor, donde podrá registrar este mismo la intensidad y frecuencia de dolor, con el fin de recordar su evolución y de informar a su medico sobre la efectividad de su tratamiento.